"Vas a
ser madre". Hermosas
palabras cual melodiosa canción para unas, triste noticia fuera de tiempo para
otras, el anuncio inesperado con el que no contaban algunas, y la sentencia más
cruel recibida en aquellas que nunca pensaron que, en la vida, todo tiene un
precio.
Sea cual sea
la reacción: alegría, tristeza, temor, malestar, sentimiento de culpa, ira,
deseos de reír, cantar o llorar, etc., lo cierto es que estás frente a una
realidad, una hermosa realidad, aunque en ese momento algunas no lo puedan
entender. "Herencia
del Señor son los hijos; cosa de estima el fruto del vientre" Salmo 127:3. Por lo tanto, son valiosos, más
que todo el oro del mundo; no son algo ... son alguien ... regalo preciado
puesto en tus manos para que lo valores como tal. La maternidad es una
bendición y un hermoso privilegio. "La bendición del Señor es la que enriquece y no
añade tristeza con ella" Prov.10:22
"Y los
bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos" (Gén.1:28) Ser madre es parte del plan divino
para la multiplicación de la raza humana. Pero, como todo lo que Dios ha
establecido, en esto también hay un orden que se debe tomar en cuenta para que
la bendición permanezca siéndolo, dando en su tiempo, los buenos frutos propios
de su naturaleza. Dios bendice al que le honra, mas, al que no le toma en
cuenta al tomar sus decisiones, tendrá que enfrentar sus propias consecuencias.
"Todo tiene su tiempo, y todo lo que se
quiere debajo del cielo tiene su hora. Tiempo de nacer, y tiempo de morir; ...
tiempo de llorar y tiempo de reir ..." Todo lo hizo hermoso en Su tiempo;
y ha puesto eternidad en el corazón de ellos, sin que alcance el hombre a
entender la obra que ha hecho Dios desde el principio hasta el fin."
Eclesiastés 3:1-2, 4, 11
Lo primero
que Dios hizo con el hombre y la mujer fue unirlos y bendecirlos para que se multiplicaran. "Y dijo: Por esto el hombre dejará
padre y madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne"
(Mateo 19:5) Dios no
dijo, únete a una mujer, engendra hijos y vuelva cada cual a su casa; Él dijo:
Dejará padre y madre y se unirá a SU mujer ... Significando que la voluntad
perfecta de Dios es que los hijos sean engendrados en el seno del matrimonio,
en la estabilidad del hogar y siendo miembros de una familia completamente funcional. No es esa la condición de muchos
hoy en día, por lo que la irresponsabilidad que se manifiesta para procrear, es
lo que también sigue al nacimiento de muchas criaturas, desgraciadamente.
¡Cuántas
jovencitas, casi niñas, hoy en día, se enfrentan a un embarazo fuera de tiempo,
por permitir que su carne, y no su razón, les dirigiera, sin pensar que los
resultados de tal acción traerían marcas y lastres, lágrimas y sufrimientos, no
solamente a ellas, sino a sus familiares y a esa criatura que no pidió que le
trajeran al mundo en esas condiciones!
Ante el
panorama que enfrentan, unas optan por el crimen del aborto, otras deciden
darlo en adopción, algunas se los dejan a sus padres para seguir en sus andadas
de vida frívola y sin sentimientos, y las demás permanecen con ellos
exponiéndolos a su falta de: madurez, sabiduría y amor. ¡El instinto maternal
propio y natural en toda mujer ... brilla por su ausencia! Y todo por no
esperar el tiempo apropiado para hacer las cosas como Dios manda.
No
importando las condiciones bajo las cuales llega un hijo al mundo, es deber y obligación
de toda madre enfrentarse a la responsabilidad que le ha venido, creando
conciencia de que esa criatura depende de ella para que pueda crecer física,
emocional y espiritualmente saludable. Si no fuiste responsable para procrearlo
debes de serlo para criarlo. No es responsabilidad de tus padres, sino tuya.
Serás tú la que tendrás que dar cuenta a Dios, de la parte que te corresponde,
por lo que hagas de cada uno de tus hijos.
Ser madre no
es cualquier cosa, no es algo que debemos de considerar livianamente; es el
mayor reto con el cual se enfrenta la mujer desde el momento mismo en que
realiza que lleva una criatura en su vientre; es algo muy especial y así
debemos de verlo, realizarlo, estimarlo y vivirlo. Llevar a cabo tan importante
rol en la vida dignifica y enaltece. Un hijo no es una carga sino una
responsabilidad, si entiendes el privilegio que eso supone y las bendiciones
que se reciben desde el momento mismo en que te conviertes en mamá. ¡Maternidad ...
Hermosa responsabilidad!
Es
interesante pensar, que la mujer, al convertirse en madre, se multiplica y se
divide a la vez; antes eras una, ahora son dos; antes pensabas solo en tí y
vivías para tí; ahora debes de pensar en tí y en tus hijos, vivir para tí y
para tus hijos. Si el bienestar de tus hijos te demanda negarte a tí misma,
deberás de hacerlo, no por obligación, sino por amor. Es el amor manifestado en
su más amplio significado lo que realmente distingue a una buena madre; no es
egocéntrica, sino, desprendida y dadivosa.
Dependiendo
de la calidad de vida que tú lleves a cabo será la formación que des a tus
hijos. Si te estimas a tí misma y vives conforme a eso, verás los buenos frutos
en tus hijos. Si haces de Cristo el centro de tu vida, el amor y la unidad
prevalecerán en tu hogar, viendo a tus hijos crecer en estatura, en gracia y en
sabiduría. Si, no importando cual haya sido tu pasado, te dispones a ser la
madre responsable que Dios quiere que seas, serás grandemente bendecida y así
cada uno de tus hijos.
La mujer
sabia edifica su casa; mas la necia con sus manos la derriba. La sabiduría
comienza en el temor de Dios, por lo que te exhorto a que rindas tu vida al
Señor y comiences a disfrutar de la verdadera libertad que Él te ofrece. Será
la mayor y más valiosa herencia que podrás legar a tus hijos. "Si el Señor no edifica la casa
en vano trabajan los que la edifican" Salmo 127:1.
Permite que
el amor de Dios inunde todo tu ser a través de Jesucristo, para que puedas
honrar con dignidad y altura el papel de madre que Él te ha encomendado,
criando a tus hijos, no a tu manera sino a la suya ... la que realmente
funciona.
|
M ujer
A morosa
D adivosa
R esponsable
E special
|
- "Mujer virtuosa, ¿quién la hallará? Porque su estima sobrepasa
largamente a la de las piedras preciosas. el corazón de su marido está en
ella confiado, y no carecerá de ganancias.
- Se levantan sus hijos y la llaman bienaventurada; y su marido también
la alaba: Muchas mujeres hicieron el bien; mas tú sobrepasas a todas.
- Engañosa es la gracia, y vana la hermosura; la mujer que teme al
Señor, esa será alabada" Proverbios 31:1-2, 28-30